Un lugar feliz entre malditos

Desocupado lector, sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir a la orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante

Miguel de Cervantes
Prólogo de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha

A modo cervantino, sin menoscabo de nuestra buena voluntad, quisiéramos que este blog fuese el más hermoso, el más gallardo y el más discreto, pero sabe Dios que se convertirá en una enciclopedia de infamias, ofensas y  bajezas, al igual que ese hostelero que de buena fe, intenta revitalizar su local con butacones y acaba convirtiéndolo en el after del barrio. La fama nos persigue.

Las referencias no son casuales, empezamos citando a Cervantes, como homenaje, una reivindicación antes de que el grupo Prisa consiga relegarlo en la cúspide de las letras españolas por su paladín: Mario Vargas Llosa. Seguimos, citando al hostelero, homenaje al ambiente tabernario que acaba impregnando todo lo que hacemos.

Los más viejos del lugar dicen que en el horizonte ya se ve la borrasca,  por si acaso hemos decidido pintar el garito y poner nuestro granito de arena para que todo caiga.

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