Pelea entre un hombre y un lobo

¡Vive Dios! que después de la pelea entre un hombre y un canguro,  pensé que habíamos llegado a lo más alto del gañanismo, que equivocado estaba. Antes de Tarantino, la prensa nacional ya hacía gala de relatos de violencia gratuita, giros inesperados y finales surrealistas: «en una fiesta improvisada en su honor, lo pasearon coronado de verduras». Pasen y lean:

Pelea entre un hombre y un lobo. – Dos montañeses de los Pirineos, de siniestra figura, se aparecieron el 8 de septiembre corriendo por la aldea de Mazeux cerca de Miélan, llevando consigo atados tres enormes lobos de un aspecto feroz. Estos cinco viajeros, incluso los animales, habían caminado en paz hasta las puertas de Mazeux, cuando uno de los lobos, acometido de un acceso de rabia, y desconociendo la voz de sus amos, rompió las cuerdas y se escapó por aquellos campos.

La primera criatura viva que el lobo encontró fue un pobre perro a quien despedazó en un credo; pero viendo más lejos a un hombre, soltó su presa sangrienta y se dirigió a él rápidamente. Este hombre era el valiente Canuse, conocido por su rara intrepidez.

Canuse es un soldado que ha servido en Argelia, donde dicen ha aprendido de los árabes el modo de domar los leones y tigres del desierto. Al ver que el lobo corría a él, se envolvió la mano en un pañuelo y fijó sus ojos en el animal que se detuvo como quien se intimida; pero volviendo luego a sus instintos feroces, se lanzó sobre Canuse, que no retrocedió una línea, y que realizando un hecho considerado hasta el día como fabuloso, metió su mano en la boca abierta del lobo, y la sacó con la lengua del mónstruo, arrancándosela en un instante. Con esta enérgica operación el lobo cayó en tierra, y no tardó en espirar en medio de las más fuertes convulsiones.

Testigos de esta escena los dos montañeses, y al ver tendido en el suelo al fugitivo, se atrevieron a insultar a Canuse, y aun llegaron a las manos; pero el soldado pudo con los dos, y salió tan victorioso con los hombres como con el lobo. Después de esta brillante acción, Canuse es el objeto de una admiración y de una gratitud general en la comarca. Los habitantes de Mazoux, en una fiesta improvisada en su honor, lo pasearon coronado de verdura y flores.

Heraldo de Madrid 29/10/1853

 

 

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