David Edward Sutch nació en Londres en 1940, y durante su adolescencia entró en contacto con el Rock ‘N’ Roll estadounidense de figuras como Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard, Bo Diddley, Jerry Lee Lewis o Bill Haley. Tuvo incluso la ocasión de presenciar en vivo algún concierto de estos dos últimos. Además, ya desde finales de los años 50 se dejó el pelo muy largo, siendo uno de los primeros rockeros en dejarse melena. Según contaba el propios Sutch, su trabajo por cuenta propia como limpia cristales le permitió mantener dicha estética, escondiendo habitualmente su pelo mediante algún sombrero o gorra.
Tras alguna audición que le permitió debutar como cantante en alguna banda menor, en 1960 fundaría su propio conjunto bajo el nombre de Screaming Lord Sutch and The Savages. La banda es anterior a todas las grandes bandas de rock de la escena británica que surgirían poco después, y de hecho, sería más correcto enmarcar a The Savages junto a aquellos conjuntos de primera ola como Cliff Richard & The Shadows, Johnny Kid & The Pirates o Vince Taylor.
En la formación inicial de la banda podemos encontrar a figuras tan relevantes como Carlo Little, uno de los mejores baterías del momento en Londres, que tocó en algún bolo con los primerísimos Rollin’ Stones, y que impartió lecciones a un jovencísimo Keith Moon, quién le admiraba. También figuraba entre sus filas el gran Nicky Hopkins, uno de los mejores teclistas que surgiera de Inglaterra en los años 60. Ambos, junto a Ricky Fenson abandonarían poco después la banda para unirse a la nueva Cyril Davis All Star Band, creada por su líder tras salir éste de los Blues Incorporated de Alexis Korner. Estos dos últimos grupos fueron unos de los pioneros del Blues en Londres, y fueron catalizadores de una escena que floreció poco después cambiando la historia del Rock.
No sería de hecho novedad las constantes entradas y salidas de músicos en el grupo. Y es que, el repertorio de la banda, siempre con un importante peso basado en covers de Rock ‘N’ Roll y Rhythm ‘N’ Blues, fue un excelente aprendizaje para guitarristas emergentes como Ritchie Blackmore o Jimmy Page. Con todo, hay que decir que el talento musical del propio Lord Sutch era limitado desde un punto de vista canónico. Cantaba regular y no tocaba ningún instrumento. No obstante, se inventó un personaje a su medida y conformó un show muy teatral plagado de pequeños gags y atrezzos propios del género de terror. Así, por ejemplo, sus propios músicos solían subirle al escenario metido dentro de un ataúd, y no faltaban los cuchillos y pistolas de mentira, maquillaje tétrico y demás artificios.
El repertorio de sus conciertos durante los años 60, además de un elevado número de versiones, como hemos indicado anteriormente, incluía algunos temas propios, casi siempre centrados en una temática de terror. Si bien, ya desde sus inicios, es innegable el punto risible, casi de Familia Adams, que rodeaba a su espectáculo, el montaje no se alejaba demasiado del desarrollado por Screamin’ Jay Hawkins, el cual sin duda le influyó. Posiblemente Lord Sutch se creía un poco más su personaje, fruto de una mente más loca que la de Hawkins, pero quién podría saberlo.
A lo largo de la década publicó varios singles (muchos de ellos producidos por Joe Meek) entre los cuales destaca con diferencia como el más exitoso «Jack The Ripper«, siendo versioneado posteriormente por muchas otras bandas. También son muy interesantes sus composiciones «Till the Following Night«, «Monster In Black Tights» o la vacilona «She’s Fallen In Love With The Monster Man» así como las fantásticas versiones «Good Golly Miss Molly«, con una impresionante batería a cargo de Carlo Little, o «Don’t You Just Know It«. Con el paso de los años, si bien fue actualizando algo su perfomance, su show no se modernizó demasiado, y lo que a principios de los 60 hacía botar del asiento a alguna desprevenida adolescente, ya en los años 70 no pasaba de ser más que un espectáculo revival tirando a cutre y horterilla, pero con una música que no estaba tan mal… Algo simpático y extravagante, en definitiva, como puede apreciarse en este vídeo del evento The Rock ‘N’ Roll Show realizado en Londres en 1972.
Actuación en Francia en 1966, que demuestra lo punk que podía llegar a ser una actuación de Lord Sutch, como puede verse en el minuto 2:30 volviéndose loco, o en el minuto 5:15, descarrilando totalmente con Great Ball Of Fire
En los años 70 registró dos curiosos discos logrados al parecer abusando un poco de la confianza de grandes músicos que recordaban que, cuando ellos eran muy jóvenes, Screaming Lord Sutch & The Savages era una de las bandas pioneras del Rock ‘N’ Roll británico. Aquellos músicos eran gente de la talla de Jimmy Page, John Bonham, Jeff Beck, Noel Redding o Nicky Hopkins. Ambos discos han sido tremendamente despreciados por muchos críticos profesionales, ¡determinando incluso que el LP «Lord Sutch And Heavy Friends» de 1970 es el peor disco de la historia! No obstante, no dejan de ser dos discos divertidos y con algún tema interesante que bien merecería aparecer en alguna pinchada festiva. Mientras que «Lord Sutch And Heavy Friends» apunta más hacia el sonido Blues-Rock pesado tan pujante en la época, en el posterior «Hands Of Jack The Ripper» se centra más en el sonido inicial de la banda, con varios temas de Rock ‘N’ Roll cincuentero.
Desde finales de los 70 en adelante, el revival del Garage y Rock ‘N’ Roll favoreció una mejor apreciación de la carrera de Screaming Lord Sutch. El punto naif de los años 60 se había convertido en algo atrayente y admirado, y la extravagancia de serie B no era ya rara en grupos como The Cramps, The Fuzztones o The Nomads, entre muchos otros. A principio de los años 80 grabaría alguna canción nueva, como la típica pero acertada «London Rocker«, y daría algunos conciertos con diferentes músicos como banda soporte hasta mediados de los 90. Siendo un personaje relativamente conocido, con ciertos tintes de freak, se presentó unas cuantas veces como candidato a cargos menores, pero siempre obtuvo muy pobres resultados. En 1999, tras tiempo sufriendo de depresión, se quitó la vida ahorcándose en su domicilio de Londres. Tenía 58 años.