¿Cómo es posible que una canción instrumental pueda ser censurada por incitar a la violencia?
La censura ha sido un elemento que aparece con bastante frecuencia en la historia del rock, bueno, de la música en general, dando lugar a anécdotas de lo más variopintas. Sus efectos también han sido dispares, ha truncado carreras, y por el contrario, relanzado otras.
Un caso peculiar es el de la canción Rumble de Link Wray, archiconocida por aparecer en la película Pulp Fiction, que guarda el dudoso honor de haber sido la única canción instrumental vetada en las radios de Estados Unidos.
El origen de ‘Rumble’
1958. El rock and roll ha despendolado a la juventud americana. A lo largo y ancho del país se organizan fiestas y bailes donde se puede respirar su esencia. Muchos de estos eventos son promovidos por emisoras de radio y retransmitidos en directo, amenizados por una banda y un locutor más o menos conocido.
En uno de estas fiestas se encuentran Link Wray y su banda, en Virginia, interpretando temas para que baile el personal. En un momento dado alguien se acerca y hace una petición, el por entonces popular ‘Stroll’ de los Diamonds. El batería comienza a marcar el ritmo pero Link Wray no se la sabe, así que opta por hacer de las suyas, una especie de blues hiperdistorsionado que deja a todo el mundo loco.
Lejos de lanzarles al pilón, como era de esperar, el público queda encantado, les pide que vuelvan a tocar el tema ¡hasta cuatro veces seguidas! El manager allí presente, no tiene ninguna duda, se acaban de sacar un melocotonazo de la manga y finalizada la fiesta les convence para grabarlo e intentar colocarlo en algún sello.
Siempre es difícil poner título a una canción instrumental
A la euforia inicial le sigue la cruda realidad, las discográficas no parecen tan entusiasmadas con el producto como los asistentes del baile. No obstante, durante la grabación, Link Wray para rememorar la distorsión de aquella noche perforó los altavoces de su amplificador. Logró un sonido peculiar, si, pero quizá demasiado original para la época.
Finalmente consiguen colocar la maqueta en el sello neoyorkino Cadence Records, no sin ciertas reservas por parte del responsable, Archie Bleyer, quien no veía nada claro que ese «ruido» fuera a gustar a nadie. A estas alturas los miembros del grupo debieron empezar a plantearse si alguien había saboteado el ponche el día de la fiesta y de ahí tanta efusividad hacia el tema de marras.
Las dudas que pudiese tener Archie Bleyer se evaporaron cuando la casualidad quiso que la canción llegase a oídos de su hija y unos amigos, todos adolescentes, que se encontraban en su casa mientras él revisaba las demos. Los jóvenes inmediatamente se quedaron prendados de la canción, decían que les recordaba a las peleas escenificadas en el músical West Side Story (que por entonces estaba siendo un éxito en Broadway e inspiraría unos años más tarde la famosa película). Esas reyertas entre pandillas, conocidas en la jerga callejera como ‘rumble’ marcaron y asombraron a toda una generación de adolescentes, como más tarde lo harían los drugos de La naranja mecánica en los 70’s, o los baseball furies de la película The Warriors en los 80’s. El sonido de Link Wray encontraba su sitio en la furia y el espíritu de rebeldía juvenil, una lucha, una sucia contienda al brillo del acero, eso era Rumble.
Si has venido a buscar problemas, estás en el lugar adecuado.
Películas como El Salvaje (The Wild One, 1953), Rebelde sin causa (Rebel Without a Cause, 1955) o el mismo West Side History habían contribuido a crear un clima de temor y paranoia en la conservadora sociedad americana de la posguerra. Si bien la mayoría no había presentado ningún reparo en enviar a los jóvenes a la cruenta Guerra de Corea, ahora se rasgaban las vestiduras por la irreverente conducta juvenil plasmada en el rock and roll o por conatos de delincuencia que no pasaban de residuales y anecdóticos aunque magnificados y ampliamente difundidos por la prensa amarillista.
Las principales radios del país bailaron el agua a la mojigatería de la clase media blanca, se evitó pinchar el single por miedo a incitar a los jóvenes a la delincuencia juvenil y que empezasen a disputarse su honor en duelos a navaja. Al tratarse de un tema instrumental, algunos locutores siguieron pinchando el single pero evitando pronunciar el título de la canción.
Todo ello contribuyó a forjar una leyenda negra en torno a Rumble. Pero como suele ocurrir en estos casos, el efecto conseguido es contrario al deseado y estos melindres sirvieron para revestir el single de un halo ilegal que atrajo la atracción morbosa del público, llevando a Rumble de Link Wray a lo alto de las listas de éxitos y llegando a vender casi un millón de copias. Tras esto muchos aprenderían que hay cosas que si no las entiendes es mejor no tocar.