Tenía pensado escribir esta entrada acerca de los conciertos “From Spirituals To Swing” de 1938 y 1939 en el Carnegie Hall de Nueva York. Unos conciertos que ya he citado en alguna ocasión y que juntaron a lo mejorcito del Swing, del Boogie Woogie, del Góspel negro, del Blues rural, etc. Es por esa combinación de estilos, adentrándose incluso en su fusión mediante colaboraciones de unos y otros, por lo que lo considero como un hito clave en la historia del Rock & Roll, y algo digno de comentar.
Creo, sin embargo, que para entender en toda su magnitud la importancia y profundidad del evento, estaría bien que expusiera primero algo acerca de los estilos y artistas implicados, como ya hice con el Boogie Woogie. Es ahora el turno de otra de las formas musicales fundamentales para comprender cómo pudo llegar el día en que un tal Chuck Berry enchufara su guitarra a un ampli y grabara para el mundo “Johnny B. Goode”. Un estilo no menos importante que el Boogie Woogie, y sin embargo tan diferente, el Góspel.
Aclaro que centraré concretamente en el Góspel negro, que es frente al Góspel blanco, el que más influencia tiene en el Rock & Roll.
ESPIRITUALES NEGROS Y RING SHOUTS
Los orígenes de la música Góspel se enraízan en tiempos de la esclavitud en América en el siglo XVII y XVIII cuando, en un intento de “des-africanización”, las gentes procedentes del continente negro fueron apartadas de sus tradiciones y religiones indígenas e “introducidas” a la religión cristiana. De forma progresiva, y gracias a diferentes factores, fueron adoptando esta creencia de forma masiva.
Pese a las fuertes restricciones impuestas que vetaban prácticamente todo atisbo de cultura africana, ciertos elementos remanentes, como la llamada y respuesta (call and response) en los rezos de la congregación, los aullidos y gritos (moans y shouts) o la posesión espiritual (como una especie de trance), se combinaron con el cristianismo occidental, naciendo una nueva forma de religiosidad exclusiva del pueblo afro-americano, con matices frente a la que los blancos trataron de imponerles. Este vídeo (en inglés) explica brevemente este proceso:
Como forma musical diferenciada, es durante los siglos XVIII y XIX cuando nace el Espiritual Negro tomando como referencia los viejos himnos religiosos de origen europeo, e incorporando en su ejecución toda una serie de elementos polirítmicos y armónicos del continente africano.
Hasta los 1890s no tienen lugar las primeras grabaciones de cantos espirituales negros, y estos tempranos registros muestran un lado más académico y formal, el aspecto menos negro podría decirse, de la música religiosa afro-americana. No recogen la cara más vibrante, polirítmica y cuasi-tribal de estas celebraciones. Habrá que esperar hasta la década de los 20 y 30 para que, fruto de la investigación de musicólogos como John y Alan Lomax, surja un interés en capturar en disco piezas en el estilo más rural, tradicional y salvaje de los ring shouts.
Como ejemplo, muestro a continuación un par de grabaciones representativas de una y otra vertiente:
FISK JUBILEE SINGERS – “SWING LOW, SWEET CHARIOT” (1909)
Los Fisk Jubilee Singers lo componen un grupo de estudiantes afro-americanos que en la década de los 1870s forman un conjunto de cantos espirituales para obtener fondos para su Universidad, la Fisk University, que atravesaba muchos problemas.
Tras unos inicios con poco éxito, finalmente y hasta su disolución en 1878, obtuvienen un enorme reconocimiento llegando a actuar en Europa en varias ocasiones. Pese a estos logros, no era rara la vez en que apenas tienen nada que comer o un lugar donde dormir.
Como podéis escuchar, incorporan interesantes armonías vocales y una sonoridad de marcado carácter negro, si bien de una forma muy depurada y elegante.
La canción en cuestión se titula “Swing Low, Sweer Chariot”, compuesta a principios de los 1860s, y grabada por primera vez por los Fisk Jubilee Singers en 1909.
AUSTIN COLEMAN, JOE WASHINGTON & GROUP – “GOOD LORD (RUN OLD JEREMIAH)” (1934)
Por su parte, esta grabación realizada en 1934 en el sur de los Estados Unidos por el mu
sicólogo Alan Lomax, refleja unas características más africanas y primitivas de la música religiosa negra.
Tened en cuenta que, si bien fue registrada décadas más tarde, el audio que ahora os indico muestra una realidad tanto o más antigua que la del tipo de canciones que efectuaban los Fisk Jubilee Singers. Simplemente, y por su carácter más rural y tosco, este estilo tardó mucho más tiempo en quedar recogido en grabaciones.
Presenta un fuerte ritmo sincopado, constantes llamadas y respuestas entre los participantes, y una sensación creciente de arrebato y éxtasis.
Estos dos temas son, simplificando, las dos caras de una misma moneda. Una de ellas busca el suave mecimiento del alma, mientras que la otra la sacude salvajemente con una descarga que recorre todo el cuerpo. Dos elementos que en mayor o menos proporción quedarán recogidos en la música Góspel propiamente dicha décadas más tarde.
GÓSPEL
El estilo musical que hoy en día identificamos como Góspel, se inicia en los 1920s, recogiendo y dando forma a toda la herencia y tradición existente en los espirituales negros.
Una evolución en gran parte fruto del trabajo de incipientes compositores afro-americanos de música religiosa que, ya sea adaptando viejos himnos o creando nuevas piezas, popularizan arreglos y características propios de otros estilos coetáneos de música negra.
Afloran artistas como Arizona Dranes, que a su vez eran predicadores itinerantes, y que comienzan a publicar partituras y grabaciones en un estilo que mezcla los tradicionales temas religiosos con aspectos del Blues y el Boogie Woogie, y que introduce en la iglesia instrumentos típicos del Jazz como la batería o los vientos.
Destacan figuras como Thomas A. Dorsey, Sallie Martin, Willie Mae Ford Smith y otros pioneros que con sus composiciones, alientan a los congregados en la iglesia a dar testimonio, a cantar de forma espontánea sobre su fe y la experiencia del Espíritu Santo, todo ello mientras bailan en celebración.
En la siguiente entrega, trataré con más detenimiento alguno de estos personajes, así como abordaré el desarrollo del Góspel a partir de la década de los 30, cuando los cuartetos masculinos se convierten en el formato más popular y aclamado dentro del Góspel, viviendo su época dorada en los años 40 y 50.