Entre el mamoneo de la Gürtel y la charanga de la moción de censura, ha pasado por delante de nuestros jetos el desenlace de una de las peores ignominias de la triste historia de este país. El caso de los jóvenes de Altsasu. Un burdo montaje policial y un juicio más propio de una opereta del Teatro de la Zarzuela que de una sala penal. Ocho jóvenes condenados a penas de hasta trece años por una trifulca en un bar con unos guardias civiles fuera de servicio, un tobillo roto, relatos acusatorios que no tienen sentido y el ya célebre comodín del terrorismo que lo mismo sirve para un roto que un descosido. Tristemente estos jóvenes y sus familias han visto cómo sus vidas se han ido al traste por unos intereses espurios que parecen confirmar aquel dicho que parecía broma: si no existiese ETA habría que inventarla.
El suceso nos hace rememorar la canción de los Pogues, Birmingham Six, en la que se denuncia otro montaje policial, un caso similar al de los cuatro de Gildfor (célebre por ser llevado al cine por Jim Sherindan en El nombre del Padre). El contexto es totalmente diferente, en uno hay un conflicto armado en auge y un atentado con muertos y heridos, en el otro una pelea de bar y un tobillo roto, el resultado, si que es el mismo, gente inocente que por estar en el lugar y en el momento inadecuado se convierten en cabezas de turco de gobiernos sin escrúpulos.
El 21 de Noviembre de 1974, dos explosiones en sendos pubs de Birmingham provocan 21 muertos y 182 heridos. El atentado por su magnitud deja conmocionada a la sociedad inglesa, hay que remontarse a los bombardeos sufridos durante la Segunda Guerra Mundial para llegar a tal cifra de víctimas. Nadie reivindica la autoría, las sospechas miran hacía el IRA Provisional, pero tanto la organización armada como su brazo político, el Sinn Féin, niegan su vinculación.
En medio del desconcierto, el miedo y la confusión, las autoridades inglesas esa misma tarde detienen a cinco irlandeses que se disponen a abandonar Inglaterra, el motivo de su viaje era la asistencia al funeral de James McDade (un miembro del IRA que murió manipulando un explosivo), pero deciden no contar nada al cuerpo de policía por miedo a que pueda ser usado en su contra. Al día siguiente un sexto, también irlandés, es detenido.
Seis hombres inocentes sufren torturas y vejaciones durante su estancia en dependencias policiales, las declaraciones recogidas con dudosa legalidad ponen en bandeja sus cabezas para calmar la sed de venganza que la sociedad reclama. Las autoridades y el gobierno se regodean en su falsa efectividad, medallas, condecoraciones y ascensos para aquellos que han resuelto el caso. Una farsa siniestra que se salda con cadenas perpetuas.
No es hasta que en 1985 un periodista que se encuentra estudiando el caso observa serias irregularidades que se habían dado durante el proceso. La evidencia de un montaje policial y graves errores durante el análisis forense (que erróneamente había determinado la presencia de nitroglicerina en las manos de los acusados) abre una pequeña esperanza para estos hombres que viven la peor de sus pesadillas. Finalmente y tras tres apelaciones, en 1991, son declarados inocentes, retirados los cargos y puestos en libertad tras 16 años de injusta reclusión. Diez años más tarde serían indemnizados, ¿Pero quién pone precio a 16 años de tu vida?
La depuración de responsabilidades es el siguiente paso. La chapuza pone en entredicho a todo un estamento y no cabe duda de que lo acontecido es lo suficientemente grave como para que la mierda llegue bien alto. Suenan los cargos de conspiración y perjurio, pero al final nadie será procesado. Los cimientos del nuevo régimen neoliberal que había construido Margaret Tatcher y ahora apuntalaba su sucesor, John Mellor, se sostenía sobre la lealtad y eficacia de los cuerpos policiales, a conveniencia, era mejor pasar de puntillas.
En 1988 con los seis aun en la cárcel y la polémica candente por sus apelaciones, The Pogues, componen Streets of Sorrow-Birmingham Six un tributo a estos hombres y a los Cuatro de Guildfor. Una emotiva canción que abre con la afligida voz de Terry Woods hablando del drama de un irlandés del Ulster que se ve obligado a emigrar cansado de la violencia y de la falta de oportunidades. A continuación la canción rompe con la voz de Shane McGowan, rabiosa, candente, denunciando la injusta situación de los encarcelados y al sistema culpable del montaje.
No les saldría gratis a los Pogues meter el dedo en la llaga, durante la presentación del exitoso álbum If I Should Fall from Grace with God, entendieron lo que significaba echar a un pulso al gobierno conservador. La canción fue prohibida en radios y televisiones por el organismo regulador de estas, la Independet Broadcasting Authority, argumentando que la canción ponía en tela de juicio el sistema judicial británico y era una invitación a apoyar al IRA. Llegaron incluso a cortales una actuación televisiva en directo cuando tocaron el tema. Sin duda el hecho de posicionarse y usar su relativo éxito para divulgar una situación vergonzosa e injusta, les cerró muchas puertas.
A continuación la letra traducida:
Calles de tristeza – Los Seis de Birmingham
Adiós calles de tristeza
Adiós de calles de dolor
No volveré a sufrir más
Ni a ver más jóvenes morir
Durante los últimos seis años viví con miedo
y en las oscuras calles del dolor
¡Qué difícil es encontrar consuelo!
Maldigo para mis adentros.
Hay seis hombres en Birgmingham
En Guildfor hay cuatro
Que fueron capturados y torturados
y señalados por la ley
y la corrupción tuvo su recompensa
pero ellos siguen ahí
por ser irlandeses en el sitio equivocado
en el momento equivocado
En Irlanda estarás en un callejón sin salida
En Inglaterra te detendrán durante largos días
Que Dios te ayude si te ves en este extremo
y los maderos necesitan a alguien
y atraviesan la puerta
Te verás contando los años
Primero cinco, luego diez
Llegando a viejo en un infierno de soledad
Dando vueltas entre el patio y la apestosa celda
De muro a muro, y vuelta otra vez
Maldigo a los jueces, maderos y carceleros (Nota: aquí utliza Screw, que es un término despectivo para los funcionarios de prisiones, algo así como Jicho en jerga taleguera)
Quienes torturaron al inocente, falsamente acusado,
y la justicia en la venta
Que los juzgados sean sus jueces y cuando se pudran en el infierno
Que todas las putas rastretas mentirosas del Imperio no puedan dormir
y que suden con la pesada carga de sus pecados
Mientras en Irlanda ocho hombres más yacen asesinados
con disparos en la nuca
Letra Original
Oh farewell you streets of sorrow
Oh farewell you streets of pain
I’ll not return to feel more sorrow
Nor to see more young men slain
Through the last six years I’ve lived through terror
And in the darkened streets the pain
Oh how I long to find some solace
In my mind I curse the strain
So farewell you streets of sorrow
And farewell you streets of pain
No I’ll not return to feel more sorrow
Nor to see more young men slain
There were six men in Birmingham
In Guildford there’s four
That were picked up and tortured
And framed by the law
And the filth got promotion
But they’re still doing time
For being Irish in the wrong place
And at the wrong time
In Ireland they’ll put you away in the Maze
In England they’ll keep you for several long days
God help you if ever you’re caught on these shores
And the coppers need someone
And they walk through that door
You’ll be counting years
First five, then ten
Growing old in a lonely hell
Round the yard and the stinking cell
From wall to wall, and back again
A curse on the judges, the coppers and screws
Who tortured the innocent, wrongly accused,
For the price of promotion
And justice to sell
May the judged be their judges when they rot down in hell
You’ll be counting years
First five, then ten
Growing old in a lonely hell
Round the yard and lousy cell
From wall to wall, and back again
May the whores of the empire lie awake in their beds
And sweat as they count out the sins on their heads
While over in Ireland eight more men lie dead
Kicked down and shot in the back of the head
You’ll be counting years
First five, then ten
Growing old in a freezing hell
Round the yard and the lousy cell
From wall and back again
Counting years
First five, then ten
Growing old in a lonely hell
Round the yard and the lousy cell
From wall to wall and back again