Empecemos la historia por el final:
El acto de quitarme la vida no es algo que haya decidido hacer a la ligera… yo lo he reflexionado por un tiempo, de todas formas, creo firmemente que el derecho de poder hacerlo es uno de los derechos fundamentales que alguien debe tener en una sociedad libre, pienso que lo que pasa en el mundo no tiene ningún sentido, pero el sentimiento con respecto a lo que estoy haciendo suena alto y claro en el interior de mi oído, en un lugar donde no hay nadie, solo calma.
Estas reflexiones tan lúcidas -entre otras cosas- son lo que escribió Wendy O. Williams antes de pegarse un tiro en la cabeza en 1998 en medio de un bosque. Con ella murió la calificada como reina del Shock Rock, aunque ya llevaba años alejada de los escenarios. Fue una cantante única tanto por su actitud como por su estilo y se la puede considerar una de las mujeres más importantes en la historia del rock. Destilaba autenticidad en todas direcciones.
Wendy O. Williams creó junto a Rod Swenson la banda Plasmatics, un grupo que incendió el panorama del rock & roll en EE.UU. con su desbocada mezcla de punk y hard rock y sus destructivas actuaciones en directo -que solían incluir controvertidas performances con nudismo, destrucción de vehículos, y mucha provocación-.
Cuando se inició la banda en 1978 no era ninguna niñata, tenía 30 años, había vivido en Europa y se había ganado la vida como stripper entre otras actividades más o menos indecentes. Se dijo de ella que era demasiado exhibicionista, violenta y ácrata para los conservadores y demasiado comercial y teatral para los revolucionarios. En todo caso, tenía una desgarradora fuerza y una absoluta falta de complejos. Su grupo pronto destacó por su actitud iconoclasta, orientada hacia la destrucción de los tabús de la cultura popular estadounidense, y por su sonido extremo.
Sus discos con Plasmatics -especialmente «Coup d’etat» (1982) – están considerados como obras maestras en la evolución del punk y el hard rock. Su sonido evolucionó desde un punk endiabladamente rápido y bronco hasta lo que se denominó trash metal. El apocalíptico video de The Damned con estética a lo Mad Max y su eterna cresta mohicana representa bien el mensaje y la insolencia de la banda. En una escena que ya es mítica, Wendy atraviesa una enorme pared de televisiones al volante de un autobus que luego hacen explosionar; todo está rodado sin dobles, parecía que le gustaba jugarse la vida.
Gracias a que los Plasmatics se hicieron famosos, Wendy conoció a Lemmy de Motorhead con el que grabaría en 1982 el EP Stand by Your Man, donde ambos cantan a duo el rabioso tema homónimo. Su éxito ayudó a que Wendy empezara su carrera en solitario con la que editaría cuatro LPs y varios singles.
Obtuvo fama y coqueteó con el mundillo comercial, a pesar de que sus canciones criticaban el consumismo, el patriarcado y el maltrato animal -era una estricta vegetariana- no dudó en aprovecharse de las ventajas del famoseo. Salió en alguna que otra película, editó un disco con los KISS, en los tiempos en los que el Heavy Metal rompía hasta en horario de máxima audiencia, y fue incluso nominada a un Grammy en 1985 como Mejor Vocalista de Rock.
Plasmatics se separaron al cabo de unos años y con la llegada de los deslumbrantes y coloridos 90s dejó de editar discos en solitario. No se volvió a saber mucho de ella hasta que se conoció la noticia de su suicidio; se había retirado y se dedicaba al cuidado y recuperación de animales salvajes. Nada tenía ya sentido en su mundo de 1998 y decidió romper por lo sano. Se fue bastante acorde con como vivió su vida, tal como decía en su canción It´s my life:
It’s my life
And I do what I wanna, do what I wanna, do what I like
It’s my life
And I do what I wanna, do what I wanna do.
«Es mi vida y hago lo que quiero, hago lo que me gusta. Es mi vida, hago lo que quiero, hago lo que quiero hacer».
Su influencia en la música y en la contracultura ha sido enorme, realmente es difícil encontrar una figura tan respetada a lo largo de mundillos tan diversos como puede ser el punk y el heavy metal (quizás solo los propios Motörhead) y se puede vislumbrar en movimientos como el Riot Grrrl. Pero si algo hay que agradecer a Wendy O´Williams es haber trascendido de las diferencias de género que tantas veces limitan la presencia activa de mujeres en el Rock & Roll. A ver sino se la olvida y cunde el ejemplo.
Genio y figura. Lastima que antes de reventarse la tapa de los sesos no se llevase algunos ‘cerdos’ por delante