«Una vez más, la gente quería que Iggy se rayara. Muchas personas le ofrecían cosas y él se ponía muy ciego. Estando en Los Ángeles es muy difícil superarte a ti mismo durante seis noches consecutivas, y él lo estaba consiguiendo. Pero al final se encontraba hecho polvo.
Estábamos ya listos para el segundo concierto y no podíamos encontrarle. Todos le buscábamos por todas partes. Mario, el mánager del club, quería romperle las piernas a Iggy. Y con Mario no se bromeaba.
Me dio por mirar en el cuarto de la fregona, y allí estaba Iggy. Ciego, inconsciente, desnudo. Alguien le metió algo de coca por la nariz y… bingo… volvió en sí y salió a escena.
No es fácil ser Iggy, y menos aún si cada noche tienes dos pases y cada noche se espera de tí que te superes.»
Ron Asheton (Guitarrista de los Stooges)
Extraído del libro «Combustión espontánea» (Biografía Stooges)