Aunque el punk se edificaba como un movimiento contracultural. Lo cierto es que en cuestiones de género perpetuaba los patrones sociales: Bandas y público compuestos principalmente por hombres.
Aun así muchas mujeres decidieron tomar las riendas y abrirse paso en la escena, liderar sus propias formaciones, componer, escribir fanzines, tocar un instrumento… No fue fácil, tuvieron que enfrentarse al machismo, las críticas y la condescendencia, a golpe de carácter y de actitud.
En nuestra página de facebook, en vísperas del la Huelga Feminista del 8M, hemos ido recordado a algunas de ellas y elaborado una playlist para animar el tema.
Wendy O Williams
(Webster, New York, 1949 – 1998)
La comandante del caos, la reina del softrock… Lo cierto es que Wendy era un ciclón en el escenario. Ella era The Plasmatics. Capaz de convertir los conciertos en una algazara de ira y destrucción. Motosierras cortando guitarras, cadillacs destrozando pirámides de televisores…
Llegó a ser detenida en el escenario por delito de obscenidad, sufriendo tocamientos y una terrible paliza por parte de la policía. Se enfrentó al juicio con la dignidad y el coraje que nunca tuvieron los maderos que la atacaron. Salió absuelta. Volvió con más rabia, y con una nueva canción dedicada a sus agresores. Pig is a Pig!
Siouxsie Sioux
(Londres, 1957)
Es quizá la figura más importante e influyente del postpunk. Su voz y sus composiciones como Hong Kong Garden o Kiss Them For Me, son verdaderas joyas.
Se puede decir que estuvo desde el principio. La confianza en si misma y su carácter le hizo ganarse el respeto y consolidarse en la inestable escena punk.
Acudió junto a los Sex Pistols a aquel programa televisivo que acabó en escandalo por los improperios y el lenguaje soez empleado, y también, por la actitud babosa del presentador que en evidente estado de embriaguez comenzó a flirtear con ella.
Las Vulpess.
(Barakaldo 1982-1983)
El equivalente a la epopeya de los Sex Pistols la tenemos en Barakaldo. Las Vulpess aguantaron durante dos años la vorágine de violencia, paconismo y zafiedad que la derecha lanzó contra ellas tras su actuación en el programa Caja de Rítmos.
Fueron la cabeza de turco sobre la que se precipitó toda la caverna con el fin de atacar a la izquierda cultural y al PSOE. Demostrando que aquella España fascista, teoricamente democratizada solo estaba hibernando, esperando el momento para sacar las uñas.
No recibieron apoyo. Se las tuvieron que arreglar por su cuenta, peleando en los conciertos contra los mataos que acudían para agredirlas y meterlas mano por cantar lo de Me gusta ser una zorra. Aun así consiguieron sobrevivir durante dos años, con una entereza y un coraje arrollador.
Tere Desechables
(Barcelona, 1967)
Eran los Cramps de Barcelona. Sonido sucio y gutural. Los Desechables se enclavaron como un grupo maldito.
Una banda sin bajo, con un batería que tocaba de pié y al frente Tere, que con tan solo 14 años se hizo dueña y señora de los escenarios que pisaba. Cuero, latigazos y una presencia que se hacía respetar en los complicados conciertos de la época.
Joan Jett
(Filadelfía, 1958)
The Runnaways fueron tomadas a coña en un principio, como un producto comercial del productor Kim Fowley formado por unas adolescentes vestidas de cuero y tocando rock and roll.
Las vendió como un producto de feria, sin embargo ellas demostrarían que no estaban allí para el baboseo del personal. Tenían verdadera vocación y talento, no eran unos títeres y su trayectoria musical tras la disolución del grupo lo atestigua. Sandy West, Lita Ford, Joan Jett… cuestionadas constantemente y sin embargo contarían con carreras y habilidades más extensas que muchos punks a los que nunca se les puso en entredicho por su género.
Joan Jett se convertiría en un icono del punk rock y The Runnaways en el trampolín para que muchas mujeres cogieran un instrumento y dieran con él en los morros a los cuñaos que pueblan y asolan este dichoso mundo.
Cait O’Riordan
(Lagos, Nigeria 1965)
Una personaja de tomo y lomo. Como no podía ser de otra manera para ser bajista de los Pogues. Tras escuchar a The Nips en la radio, se presentó en la tienda donde trabajaba Shane MacGowan para comprar el disco y allí se hicieron amigos. Tan solo tenía 14 años y ya se buscaba la vida por su cuenta en Londres.
Destacó rápidamente en la ciudad por andar paseando una OVEJA junto a Shane que ambos tenían como mascota. El bajo fue cosa suya desde los primeros compases de los Pogues, y con tan solo 17 años dejaría huella en la banda.
También pondría voz a temas como Haunting (BSO para la peli Sid and Nancy) o la gran I am man you don’t meet everyday, de hecho la canción FairyTale of New York fue compuesta pensando en su voz, y tras su salida casi la dejan en el tintero.
Decidió abandonar The Pogues antes del exitoso If I fall from grace… para ser la bajista de Elvis Costello durante su gira americana. Compondría algunas canciones para este último. Su carrera seguiría ligada a las cuatro cuerdas… The Radiators, giras de regreso con The Pogues, hasta sería instrumentista en un conjunto de jazz.
Pauline Black
(Londres, 1953)
Tiempos duros, tiempos salvajes. Era la época del «No Irish, No Blacks, No Dogs« en Inglaterra. Era necesario plantarle cara a la ultraderecha, a la violencia de los conciertos donde había testosterona para inflar un globo.
La 2 Tone pretendía devolver el carácter festivo de la música y luchar contra la segregación y discriminación. Pauline Black se convertiría en una de las rudegirls más emblemáticas. Su voz, su carisma y su elegancia serían el sello indiscutible de The Selecter. Una de las formaciones clásicas de esta oleada de ska.
De padre nigeriano, siempre reivindicó sus orígenes negros y la importancia en general de la música negra. Hizo frente al racismo con estilo y cabeza. Una grande.
The Slits
(Londres, 1976)
Hablar de esta gente es entrar en terreno anfetamínico.
The Slits fue seguramente la banda más pasada de vueltas de la explosión punk londinense. Formada en 1976 íntegramente por mujeres, entre ellas la malagueña Paloma Romero. Venían de la primera línea punk, de los squatters de Londres.
Es chungo acceder a ellas porque hacían un rollo experimental bastante loco. Sus conciertos eran impredecibles, desquicie y desenfreno, su cantante Ari, llegó a ser apuñalada en directo. Compartieron tablas con The Clash y Buzzcocks durante el White Riot Tour dejando turbado a todo el paisanaje.
Exene Cervenka
(Chicago, 1956)
Artista polifacética, aunque aquí vamos a destacar su papel al frente de la banda X. Si, X, como lo de las ecuaciones.
Aunque que aquí no son tan conocidos, en EEUU son todo un emblema. Formados en 1977 fueron de las primeras bandas punk de la costa oeste. Desarrollaron un estilo y un punkrock que fue la punta de lanza para ese sonido californiano ampliamente imitado por las bandas de DangerHouse Records. (Tipo Weirdoss, Avengers…)
Exene daba la cara en el escenario y se dejaba la voz, además de coescribir muchas de las canciones con un estilo poético, desgarrado, que siempre fue comparado con el de Bukowski y Chadler. Escuchad sus discos: Tremendos.
Posion Ivy
(San Bernardino, 1953)
Si The Cramps es una banda de culto, Poison Ivy tiene gran culpa de ello. Su guitarra, sus ritmos primitivos, su pose misteriosa y presencia arrolladora sobre el escenario.
Junto a Lux Interior dio a luz una de las formaciones más bizarras del punk. Sexo, filias, terror de serie-b, latex y cuero. Un rock de psiquiátrico.
No solo fueron pioneros de la escena punk americana, si no que también son practicamente los padres del Psychobilly.
Cecilia Boström/ Frida Ståhl
(The Baboon Show 2003 – Actualidad)
Prácticamente nos hemos centrado en los inicios del punk, en las pioneras. Pero no se puede vivir solo del pasado.
The Baboon Show es una de las bandas que más lo están petando actualmente, formados en 2003, y con un disco recién publicado. «Radio Rebelde».
Han refrescado el ambiente. Cecilia, su cantante y Frida al bajo han conseguido imprimir carácter y llevar a la polvareda al «machorock escandinavo».
Ya lo dice el siempre visible tatuaje de la primera:
Girls To the Front
Bala
(A Coruña 2014 – Actualidad)
Hemos hablado de las pioneras, de grupos de allá actuales, pero aquí también se cuece bastante. O si no que se lo pregunten a Sin tu permiso que están elaborando un proyecto/documental sobre el feminismo en escena punk/hc estatal.
De nuestros preferidos. BALA. Un powerduo contundente cuyos directos te dejan turulata.
En Galicia no solo hay «Fariña» si no también Balas.
Vivienne Westwodd
(Derbyshire, Inglaterra, 1941)
La parafernalia y la estética punk son en parte ocurrencias de esta mujer. Regentando la mítica tienda SEX, elaboró y concibió una imagen rompedora y provocativa: bondage, imperdibles, cadenas, pelos despeinados…
Como diseñadora llegó a ser bastante popular. Llegó a recibir un encargo de la Thatcher, pero en vez de entregarle el vestido, decidió quedárselo, y usarlo para aparecer en la portada de una revista de moda disfrazada de la dama de hierro bajo el título «esta mujer fue punk»
Debby Harry
(Miami, 1945)
Lideró una de las formaciones más importantes de los ’70. Blondie. Detrás de su aspecto dulce y angelical, Debborah, sabía como dirigir a la banda e imponer su criterio. Se valió de su bagage cultural y social para romper con el mito de mujer florero, que tanto gustaba al público masculino. Con ella se habían equivocado.
Su carrera musical se remonta al Folk, en los sesenta. Y en 1974 ya tenía encarrilado a su grupo Blondie hacía el emergente movimiento Punk. Su inquietud era constante, y pronto derivó hacía otros movimientos vanguardistas, como la música electrónica.
En una entrevista reciente recordó:
«Si eres mujer y no eres feminista, ¿entonces qué eres?»