El me miró. Voy a volver el lunes, dijo. Nada me hará cambiar de opinión. Ya me han insultado bastante y todavía no he puesto el pie allí dentro. Pero he visto a mis hijos pasar necesidad demasiado tiempo. Mi mujer tiene que hacer esfuerzos para darnos de comer a todos con cinco libras a la semana, y ya estoy harto, Pete. Tú te has portado bien y nos has ayudado con las facturas y demás, y no tengo ninguna queja de ti ni de la sección. Pero el lunes voy a volver a trabajar. Pase lo que pase…
Kev, dije. ¿Qué quieres que te diga? ¿Quieres que te dé la absolución…?
He cumplido, dijo. He participado en más piquetes que la mayoría. Asentí con la cabeza.
Es verdad, dije. Y ahora vas a echarlo todo a perder y a dejar que te conozcan el resto de tu vida como un esquirol. Entonces él apartó la vista… La primera vez desde que se había sentado. Evitaba mirarme a los ojos…
Esto va a terminar, le dije. No va a durar mucho más. Podría acabarse el martes, y habrás sido un esquirol veinticuatro horas de once meses de huelga. Él levantó la vista. Yo sacudí la cabeza. Veinticuatro horas, puede que sea todo el tiempo que hagas el esquirol, dije. Pero serías conocido el resto de tu vida como Kev el Esquirol, y tus niños como los hijos de Kev el Esquirol. Él volvió a apartar la vista. Volvió a mirar al suelo. ¿Quieres ser como uno de esos viejos que solo pueden tomar una pinta en Sheffield?, le pregunté. En sitios donde nadie sabe que fueron esquiroles hace sesenta años. ¿Has visto a ese del final de la calle? ¿El que está en la parada de autobús haga el tiempo que haga? Kev asintió con la cabeza. ¿Sabes que fue un esquirol? Kev asintió otra vez con la cabeza. ¿Sabes cuantos días hizo de esquirol? Kev negó con la cabeza. Me miró. Yo tampoco, dije. Eso es lo que quiero decir, que no importa si fue un esquirol durante toda la huelga o solo el último día… Fue un esquirol entonces y es un esquirol ahora.
GB84 (2004)
David Peace